Desafiando un cáncer y una operación que terminó con el cuello de su útero, Carla Agüero (29 años) quedó embarazada y, contra todo el mal presagio de un día 13, su beba nació en la madrugada del miércoles pasado.
Cuando tenía 26 años, Carla fue al Hospital de Clínicas a hacerse un control ginecológico y le detectaron un tumor en estado inicial en el cuello uterino. En aquel momento ya tenía dos hijos varones, pero por su juventud y deseos de tener más chicos, el equipo de la Primera Cátedra de Ginecología de la Universidad Nacional de Córdoba, a cargo del profesor Héctor Ferreyra, decidió preservar su fertilidad.
Le realizaron una traquelectomia, en la que le extirparon el cuello del útero, el tercio superior de la vagina y los ganglios. Pero los médicos preservaron el cuerpo del útero, que es donde se anida un embrión.
Además, previendo una futura gestación, en la misma cirugía le hicieron un cerclaje, es decir, un cerramiento del útero para que no perdiera un posible embarazo.
Tres años después, Carla quedó embarazada espontáneamente, con sólo intentarlo dos meses y sin necesidad de ningún tipo de fertilización asistida.
Su beba, Carolina Magalí Cepeda, corona una espera mechada con temor, deseos y cuidados por parte de sus padres, médicos y enfermeros y es el primer caso de Córdoba y segundo de la Argentina que nace después de una traquelectomia.
“La operación es una de las más grandes que se hacen en el Hospital de Clínicas –apunta Ferreyra– y somos los únicos que la hacemos en Córdoba”.
El médico explica que, con la técnica que aplicaron, “hay 10 embarazos en el mundo y seis chicos nacidos que, sumados a los dos argentinos, en total son ocho”.
Como la traquelectomia no es una cirugía estándar y tampoco existen protocolos publicados que guíen los pasos a seguir cuando se produce un embarazo, el equipo de la Primera Cátedra de Ginecología se apresta a elaborar “un protocolo con normas que puedan ser útiles en futuros casos y para otros profesionales”, informa el obstetra Alberto Folkenand.
Honrar la vida. Los médicos esperaban que Carolina llegara a las 37 semanas de gestación, pero las contracciones despertaron a todos en la madrugada del miércoles, incluido el neonatólogo Martín Moya, de la Maternidad Nacional, quien se trasladó al Hospital de Clínicas con su equipo y ambulancia para recibirla.
La beba nació por cesárea con 2,340 kg. Ahora está internada en la Maternidad, lejos de la mamá, pero en muy buen estado. Por ahora, la visitó su papá y a partir de hoy, cuando Carla se vaya de alta, podrá ir a verla y también regresará a su casa para estar con sus chicos, de 5 y 11 años.
Con su tercera hija, Carla decidió no tener más niños y por eso pidió que le ligaran las trompas. Sin embargo, ahora los médicos le extrajeron totalmente el útero para prevenir otro tumor.
Carla y los médicos cuentan esta historia conscientes de que fue posible porque, desde joven, la paciente se hace el papanicolau y esto permitió detectar a tiempo el tumor maligno.
De allí en más se desarrolló el proceso que terminó con la operación en un hospital público que preservó su fertilidad. Lo demás fueron los cuidados de Héctor Ferreyra, Marcos Goldsman, Gonzalo Franco y Alberto Folkenand y de las enfermeras y la responsabilidad de Carla en todo lo que se le recomendó. El final, es alegría: la llegada de Carolina, justo con el comienzo del frío en Córdoba.
Fuente: La Voz.
1 opiniones:
Felicidades. Mi caso es similar pero diferente. Yo no tengo cuello uterino. Nunca he tenido una menstruacion ni por accidente. Tengo utero y ovarios pero muy chicos. En verdad muchas felicidades por tu bebita.
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