Las voces de los que pudieron no haberla podido expresar y otros milagros hechos vida
10. “A mí me iban a abortar por malformaciones, tengo parálisis cerebral por culpa de una burbuja de aire en el cerebro. Gracias a que mis padres (los biológicos, ndr) me dieron en adopción he conseguido salir adelante, soy campeona nacional de natación, he ganado un concurso de televisión como cantante y ahora estoy estudiando una carrera. Creo que la adopción es una de las vías más importantes a la hora de pensar en el aborto”. Son las palabras de Miriam Fernández, una joven atractiva de 19 años quien ofreció su testimonio el pasado 16 de febrero de 2009 para la presentación de la campaña “Su vida es tu vida: la defensa de la vida un reto para el siglo XXI”, del Foro Español de la Familia. El aborto es la mayor causa de mortalidad en España. Tan solo en 2005, cada 6,2 minutos se producía un aborto.
11. Otro testimonio es el de una mujer que prefiere mantener el anonimato. Llamémosla María de Fátima pues nació el 13 de mayo, durante la postguerra civil española, en el seno de una familia sevillana que no podía mantenerla. Cuando la mamá de María de Fátima quedó embarazada, el papá decidió que no la tendrían, incluso él mismo le administró unos fármacos pero no pasó nada; después una segunda ocasión y tampoco; a la tercera, la señora se plantó y no aguantó más: “No consiento que lo intentes más, está visto que Dios no quiere que te salgas con la tuya y yo no te voy a dejar”.
La mujer se fue a visitar la imagen peregrina de la Virgen de Fátima para rogarle que, pese a todo, su hija naciera sana. Cuando llegó el momento, la niña nació completamente sana. “Mi madre no se lo creía; la alegría la embargaba. Sabía que era domingo porque sus otros dos hijos, mis hermanos, habían ido al colegio para la misa, pero cuando se dio cuenta de la fecha que era, por poco no le da algo. Aquella niña normal, gracias a la intervención de la Virgen, había nacido un trece de mayo, fiesta de la Virgen de Fátima. ¿Alguien puede decir que fue casualidad?”, escribió María de Fátima en el semanario Alfa y Omega
12. A Evelin y Ralph Mann, un matrimonio de estadounidenses residentes en Tampa Bay, Florida, los augurios durante el embarazo de hace tres años no fueron nada halagüeños. Antes de que naciera Samuel, su pequeño hijo que en enero de 2009 cumplió tres años, les propusieron abortarlo.
Como recoge CatholicNewsAgency.com en una entrevista realizada a Evelin a finales del mes de enero de 2009, cuando los médicos detectaron que Samuel padecía u síndrome que causa la muerte del bebé poco después de nacido, o incluso antes del parto, les sugirieron abortarlo. “Nosotros confiamos y creemos en Dios y algunos no querían admitir esa parte de nosotros pero un genetista lo hizo”, afirmó la feliz mamá.
Samuel nació a las 35 semanas y, siendo que apenas le daban unas horas, a lo sumo unos días de vida, hoy rebosa de alegría al grado de sorprender a los médicos por sus ganas de vivir. De ahí otra de las declaraciones de los Mann: “Hemos atravesado por este camino y quisiéramos poder dar la mano a quienes vienen detrás y decirles que nada es imposible para Dios […] la clave es rezar creyendo en lo que Dios puede hacer”.
13. Después de que Sycloria Williams tomó el fármaco para inducir al parto, espero un momento en el auto con su novio Shane. Poco a poco se fue sintiendo peor hasta que, ya en la clínica abortista, dio a luz a su hija de 23 semanas y la pudo ver: “No se movía mucho. Buscaba aire. No lloraba, sólo gemía, sonidos lastimeros solamente”, declaró al Florida Catholic. “Pensé que sería una burbuja, o algo más grande, no un bebé. Parecía un bebé de agua, como esos muñecos que llenas con agua. Era muy pequeña”, agrega.
Momentos después entró el dueño de la clínica, cortó el cordón umbilical y puso al bebé que aún se movía en una bolsa de deshechos para luego echarla a la basura. “Nunca me dijeron nada sobre el hecho de que era un bebé. Nunca dijeron nada sobre un bebé, un feto. Nada. Lo único que escuchaba era “término” y “embarazo” y término del embarazo. Me engañaron porque no me dijeron todo y el doctor no estaba ahí”.
14. Otro de los motivos por los que suele esgrimirse el aborto de un ser humano es la violación. De haberse abocado a ese recurso, una pareja de mellizas argentinas de casi 22 años cuya madre, con discapacidad mental, fue violada en su juventud, hoy no podrían haber expresado su opinión sobre este tema.
“Pensó en darnos en adopción, pero nunca pensó en abortar. Nunca pensó en quitarnos la posibilidad de vivir, aun siendo enferma mental, nunca pensó en matarnos, a pesar de no querernos…”, relató una de las mellizas, que prefirió mantener en el anonimato, la Agencia Católica de Informaciones (Cf. 05.02.2009). Y agregó: “Amo a mi madre porque tuvo el valor de contarme lo que pasó y puedo con ella compartir su dolor”.
15. Una situación no menos triste ha sido la de una joven brasileña de 13 años quien resultó embarazada a causa de una violación por parte de su padre. Oriunda de Bahía, huérfana de madre y sin ningún familiar dispuesto a acogerla, la futura madre expresó su deseo de tener al niño: “La pequeña y su tutora legal comunicaron a la Fiscalía de la Niñez y la Juventud el deseo de al adolescente de defender la vida del bebé”, recoge el diario Folha de San Paolo a mediados de marzo de 2009.
Otros casos límite que no dejan de sorprender
16. Aya Jayne Soliman es un milagro no sólo porque su nombre, Aya, significa en árabe precisamente eso. Nació a las 26 semanas de gestación con poco menos de un kilogramo de peso, dos días después de que los médicos declararan la muerte cerebral de Jayne Soliman, su madre.
Con el consentimiento de su esposo, los médicos mantuvieron con vida artificial a la conocida ex patinadora profesional, célebre en los años 80´s. De ese modo pudieron practicar la cesárea a Jayne. “Puedo recordar el primer ultrasonido. Nos abrazamos y lloramos cuando escuchamos sus latidos. Esperamos mucho a este bebé”, afirmó Mahmoud, el padre de Aya.
17. Ciertamente, el caso de Aya no es el único milagro. Emma Ray también es conocida en Shropshire, Inglaterra, como la “bella durmiente”. En 2007 dio a luz por cesárea a su segundo hijo. Una decena de días después sufrió un paro cardiaco y quedó en coma. ¿Las esperanzas para recuperarse? Según el juicio de los médicos, muy bajas. Andrew, su esposo, no se dio por vencido: “Le ponía las canciones que bailamos en nuestro matrimonio, le hablaba con mucha suavidad, tomaba su mano, le pellizcaba los dedos, todo el tiempo le decía que la amaba y le rogaba que despertara”, afirma Andrew.
El día del milagro llegó: Andrew se acercó a su esposa y le susurró: “Emma, si me puedes escuchar, por favor dame sólo un beso”. Emma volteó la cabeza y lo besó. “He aprendido a enamorarme de mi esposa una y otra vez. Pero esto es lo que cualquier esposo y esposa haría. Ella es una madre y una esposa y eso es lo único que importa”, declaró Andrew quien cuida pacientemente de Emma pues le quedaron secuelas que le hacen perder la memoria a corto plazo.
18. En Chile hay un esposo enamorado que espera pacientemente el milagro. Carlos Abarca visita tres veces al día a su esposa Erika Sotelo quien permanece en coma desde el 3 de marzo de 1995. “Ella está esperándome, hace cosas para que vaya a donde ella. Abre sus ojitos, no sé si ve o no ve”, afirma. “Cuando yo le hago cariño se sonríe, cuando le paso mi cara por su cara –quizá es por la sensación, por mi bigote– como que le llama la atención y se ríe. Y la beso, por supuesto, si es mi mujer”, confiesa. “Quiero protegerla, cuidarla, que esté bien, que no le falte nada”, de ahí que ni se le pase por la cabeza el “rehacer” su vida pues, como el mismo Carlos asegura, “El cariño siempre va a estar enfocado en ella. Nunca he dudado. No pretendo nada más de la vida que preocuparme de ella, no hay otra cosa que hacer”.
19. En España, ProVida Valencia dio a conocer la conmovedora situación de una joven de 22 años quien desde hace 7 permanece en coma. La joven sufrió un accidente en moto que le ocasionó una lesión cerebral generada por una parada cardiorespiratoria. Al día de hoy no habla, no se mueve y precisa de una sonda para alimentarse. No obstante, la mamá cada mañana da gracias a Dios dejársela un día más, “no se me ocurre dejar de alimentarlas y he dejado de temer, cuando sufre alguna crisis respiratoria, que se me pueda morir en cualquier momento pues continuamente la dejo en manos del Espíritu Santo”.
20. ¿Los hombres también sufren el aborto de sus hijos? El semanario español Alfa y Omega (Cf. no. 638, marzo 2009) ofreció el testimonio escrito de Theo Purington, un joven de 22 años que descubrió que no se le reconoció su derecho a proteger a su hijo no nacido.
“En octubre de 2006 descubrí que iba a ser padre –escribe Theo–. Mi novia, desde hacía seis meses estaba embarazada. […] Ella dijo que no podía seguir adelante y que tenía que abortar”. Cuando la llevó a la clínica abortista y vio a su hijo en la ecografía se echó a llorar: “Fue una experiencia sobrecogedora y muy bonita, hasta que ella me miró y preguntó: “¿por qué lloras? A los gusanos también les late el corazón”. Su hermana le había ofrecido 500 dólares para el aborto. Insistía en hacerlo, y rompió conmigo”.
Fue entonces cuando llamó al centro para preguntar cuáles eran sus derechos. “No tienes ninguno”, le dijeron. Todavía una semana antes del aborto fue a ver a su ex novia para rogarle no lo hiciera. No accedió. Como último favor le permitió un gesto de paternidad: “Me arrodillé y le besé el vientre a la madre de mi hijo, diciendo: “Te quiero. Papá te verá en el cielo”. Cogí las ecografías y me fui”.
En el mismo artículo testimonio, Theo escribe: “A un hombre no se le permite llorar la pérdida de su hijo no nato. Me decían cosas como: “Tu hijo ni siquiera había nacido, así que supéralo”; “Todavía no era un bebé”; e incluso: “Tu hijo merecía morir”. Ninguna de ellas ayudó a que cerrara la herida, sólo me sumieron en un estado de depresión”. Actualmente este joven se dedica a tiempo completo a ayudar a mujeres y hombres que enfrentan un embarazo imprevisto.
Todas los casos que hemos repasado son realidades hechas testimonios y razones a favor de la vida. Es verdad que no pululan en los medios de comunicación –y no porque no los haya a raudales–, pero por sí mismos son aleccionadores y estimulan a ver con una mirada más pura y serena el don de la propia vida y el de la ajena, comenzando por la de aquellos que están en el vientre y que no se pueden defender.
Fuente: www.camineo.info
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