Esos mínimos despertares que ocurren, repetidos cientos de veces, durante la noche, en los que la respiración se detiene y el cerebro se ve obligado a suspender el sueño para que la persona respire, tienen un impacto negativo sobre múltiples aspectos de la salud de las personas que los padecen.
La apnea obstructiva del sueño -ése es su nombre- no sólo causa somnolencia y deteriora el rendimiento físico e intelectual en los días posteriores a esas noches de mal dormir. Además de incrementar el riesgo de sufrir afecciones cardiovasculares, cerebrovasculares, hipertensión y diabetes, entre otras, recientes estudios sugieren que también tiene un impacto negativo sobre el embarazo.
"La apnea del sueño puede dar lugar al desarrollo de hipertensión arterial, lo que a su vez en la mujer embarazada puede dar lugar a una preeclampsia", dijo a LA NACION el doctor Antonio Culebras, profesor de neurología de la Upstate Medical University, de Nueva York, Estados Unidos.
La preeclampsia es una forma de hipertensión que ocurre durante el embarazo, y que se acompaña de la pérdida de proteínas a través de la orina. Suele aparecer a partir de la semana 20 del embarazo y conlleva un riesgo aumentado de complicaciones, como el desprendimiento prematuro de la placenta.
La buena noticia es que, como señala el doctor Culebras, una mujer embarazada que padece apnea del sueño puede disminuir el riesgo de preeclampsia tratando la apnea. "Esto es muy importante porque hasta el 10% de las embarazadas pueden tener preeclampsia o eclampsia", comentó el doctor Culebras, que recientemente visitó la Argentina para participar del Simposio Internacional SIMI/Stroke 2009, organizado por la Asociación Argentina de Ataque Cerebral (AAAC).
"Ahora hay bastante conocimiento sobre la relación que existe entre el embarazo, la hipertensión, la apnea del sueño y la preeclampsia", comentó Culebras, ex presidente de la Federación Mundial de Neurología.
Sube y baja
En primer lugar, está demostrado que la apnea del sueño causa hipertensión: "La persona que durante el sueño entra en apnea, respira de nuevo porque hay un despertar -explica el neurólogo-. Ese despertar es un reflejo cerebral muy potente que va acompañado de una descarga neurovegetativa. Y esta descarga produce durante unos segundos tensiones arteriales del orden de los 200 milímetros de presión sistólica y 100 milímetros de presión diastólica".
"Esto dura dos o tres segundos, que es lo que dura el despertar durante el cual el individuo respira unas cuantas veces y vuelve a quedarse dormido -continúa-. Entra en apnea nuevamente, y el proceso se repite cientos de veces durante una noche. Esta tensión que sube y que baja, al cabo del tiempo se cronifica y produce una hipertensión permanente."
Eso mismo ocurre durante el embarazo. "Al aumentar el volumen abdominal, el embarazo disminuye la capacidad de bombeo del diafragma, y esto es un factor de riesgo para el desarrollo de apnea. Pero también es verdad que suelen ser las mujeres obesas las que tienen mayor tendencia a desarrollar hipertensión durante el embarazo, apnea del sueño y preeclampsia."
Su tratamiento durante el embarazo es el mismo que el de cualquier persona no embarazada con apnea del sueño: el uso de C-PAP, un aparato que bombea aire a través de una mascarilla, impide que colapse la vía aérea y así se evita la alteración de la presión arterial.
Sebastián A. Ríos
Fuente: La Nación.
Originalmente en www.mamuchas.com.ar subido por Verito.





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