La faringitis estreptocócica es una infección provocada por unas bacterias denominadas Streptococcus del grupo A, y es muy frecuente entre niños y adolescentes. Los síntomas de la faringitis estreptocócica incluyen fiebre, dolor abdominal y enrojecimiento e inflamación de las amígdalas.
La faringitis estreptocócica suele requerir tratamiento antibiótico. Con el tratamiento farmacológico adecuado, junto con mucho reposo y abundantes líquidos, su hijo debería volver a la normalidad, reincorporándose a las clases y recuperando las ganas de jugar en pocos días.
¿Cómo se contagia la faringitis estreptocócica?
Cualquier persona puede contraer una faringitis estreptocócica, pero es más frecuente en los niños en edad escolar y en los adolescentes. Se da más a menudo durante el curso escolar, cuando grupos amplios de niños y adolescentes comparten espacios reducidos.
Las bacterias que provocan la faringitis estreptocócica se encuentran en las secreciones nasales y faríngeas de las personas infectadas, de modo que actividades normales como estornudar, toser o estrechar la mano a una persona infectada pueden ser posibles vías de contagio. Por eso es fundamental que le enseñe a su hijo la importancia de lavarse las manos –los buenos hábitos higiénicos pueden reducir considerablemente las probabilidades de que su hijo contraiga enfermedades infecciosas como la faringitis estreptocócica.
¿En qué se diferencia la faringitis estreptocócica del dolor de garganta en general?
No todos los dolores de garganta se pueden diagnosticar como faringitis estreptocócica. La mayoría de episodios de dolor de garganta –que pueden ir acompañados de secreción nasal, tos, afonía y enrojecimiento ocular– están provocados por virus. El dolor de garganta suele remitir espontáneamente sin necesidad de tratamiento farmacológico.
Si su hijo tiene faringitis estreptocócica, empezará a desarrollar otros síntomas, aparte del dolor de garganta, durante aproximadamente 3 días. Estos síntomas pueden incluir:
Placas rojas y blancas en la garganta.
Dificultad para tragar.
Ganglios linfáticos del cuello inflamados, sensibles o dolorosos al tacto.
Amígdalas rojas e inflamadas.
Dolor de cabeza.
Dolor en las lumbares (parte inferior de la espalda).
Fiebre.
Malestar general, inquietud o sensación de tener “mal cuerpo”.
Pérdida del apetito y náuseas.
Erupciones cutáneas.
Diagnóstico
Si su hijo, aparte de tener dolor de garganta, presenta más síntomas de faringitis estreptocócica, sería conveniente llamar al pediatra. Probablemente éste le practicará una prueba rápida para detectar los estreptococos en la misma consulta, utilizando una torunda de algodón para extraerle una muestra de las secreciones de la parte posterior de la garganta. Esta prueba ofrece resultados en sólo cinco minutos. Si el resultado es positivo, significa que su hijo tiene faringitis estreptocócica. Si es negativo, el pediatra enviará la muestra de secreciones faríngeas a un laboratorio para que hagan un cultivo, cuyos resultados se obtendrán al cabo de pocos días.
Tratamiento
En la mayoría de los casos, los médicos recetan antibióticos durante unos 10 días para tratar la faringitis estreptocócica. Aproximadamente durante las primeras 24 horas de tratamiento antibiótico, a su hijo le bajará la fiebre, y dejará de ser contagioso. Entre el segundo y el tercer día de tratamiento, los demás síntomas también deberían empezar a remitir.
A pesar de que es posible que en ese punto su hijo deje de encontrarse mal, es muy importante que complete el ciclo de tratamiento antibiótico. Si dejara de medicarse demasiado pronto, las bacterias podrían permanecer en su faringe, volviendo a aparecer los síntomas.
Si su hijo no recibe tratamiento para la faringitis estreptocócica, será más contagioso cuando tenga los síntomas más exacerbados, pero es posible que siga siéndolo durante hasta un período de 21 días. La falta de tratamiento -o el hecho de no completar el ciclo de tratamiento antibiótico recetado por el pediatra– también podrían exponer a su hijo al riesgo de padecer otros problemas de salud, como la fiebre reumática (que puede provocar lesiones cardíacas permanentes), la escarlatina, infecciones sanguíneas o la enfermedad renal.
Para impedir que su hijo contagie la faringitis estreptocócica a otros miembros de la familia, mantenga sus cubiertos, platos y vasos separados de los del resto de la familia y lávelos con agua caliente y jabón después de cada uso. Asimismo, asegúrese de que su hijo no comparte alimentos, bebidas, pañuelos ni toallas con otras personas. Asegúrese de que su hijo se tapa la boca y la nariz al toser o estornudar para evitar despedir gotitas de secreciones infecciosas.
Cómo cuidar a su hijo cuando tenga faringitis estreptocócica
Usted puede hacer muchas cosas para ayudar a su hijo a encontrase mejor.
Para impedir que se deshidrate, asegúrese de que bebe abundantes líquidos frescos, como agua o sueros hidratantes, sobre todo cuando tenga fiebre.
Evite darle zumo de naranja o pomelo, limonada y otras bebidas cítricas, que podrían irritarle la garganta.
Los líquidos calientes como las sopas, el té con miel o el chocolate caliente pueden aliviarle el dolor de garganta.
Cuando su hijo empiece a encontrase mejor, hable con el pediatra sobre cuál es el mejor momento para que vuelva a ir al colegio y reanude su vida normal.
Fuente: Kids Health.
Originalmente en www.mamuchas.com.ar subido por Verito.
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